Rompe las reglas

El título del presente artículo es una de las seis claves para alcanzar el éxito en la vida según Arnold Schwarzenegger: “Rompe las reglas, no las leyes, pero sí las reglas”. Los mejores líderes del mundo difieren en muchos aspectos: sexo, raza, edad, cultura, estilo, objetivos… Pero entre las cosas que comparten todos, está la voluntad de romper las reglas.

Hay que animar a las personas con potencial a ser grandes líderes, incluso revolucionarios. Si bien pocos líderes se describirían a sí mismos de esa manera, los mejores están dispuestos a romper las reglas que se interpongan entre ellos y sus objetivos. Según Lolly Daskal, éstas son algunas de las reglas que con más frecuencia se deben romper:

Tratar a todos de la misma manera: todos tendemos a creer que la equidad significa tratar a todos por igual. Pero las personas tienen diferentes fortalezas, debilidades y desafíos como individuos: todos somos diferentes. Por supuesto, es importante evitar el favoritismo. Pero parte del liderazgo consiste en reconocer la motivación, el estilo y la forma de pensar de cada persona, y luego trabajar para ayudarlos a convertirse en la mejor versión posible de ellos mismos.

Promocionar en exceso a las personas: si tienes a alguien en tu equipo que es excelente en ventas, la sabiduría convencional te dirá que lo conviertas en gerente. Pero no importa qué tan bien se desempeñen las personas en su función actual, no necesariamente harán un buen trabajo ni serán felices en una función más avanzada. Paga bien a tu gente por lo que hace y haz que su trabajo sea gratificante en todos los sentidos. Pero no los promuevas al liderazgo a menos que tengan la aptitud y el deseo para ello y estén listos para el cambio.

“Si no está roto, no lo arregles”: si quieres mantener el statu quo y seguir avanzando lentamente por el camino desgastado, esta regla te pertenece. Reparar lo que no se rompe es otra forma de decir innovación, creatividad, de encontrar nuevas soluciones y de estar siempre buscando una mejor manera. Tomemos el ejemplo de Steve Jobs: creó productos que no sabíamos que necesitábamos hasta que estuvieron en nuestras manos.

Pensar que tienes que ser el más inteligente de la habitación: he conocido a muchos líderes que me han dicho que eran los únicos que podían tomar decisiones porque no estaban seguros de que su equipo fuera suficientemente inteligente o capaz de hacerlo bien. La sabiduría tradicional sugiere que el líder necesita ser el más inteligente, pero eso le impide formar un equipo fuerte. Rodéate de las personas más inteligentes que puedas encontrar y serás más inteligente en el proceso. Y recuerda: quien habla siembra, pero quien escucha cosecha, por lo tanto, si eres el más inteligente de la sala, entonces estás en la sala equivocada.

Intentar hacer todo solo. Conocemos el mito del líder “lobo solitario”: el que tiene todas las respuestas, el que nunca se compromete, el que no confía en nadie más. En el mundo real, sin embargo, los mejores líderes saben cuándo pedir ayuda y hacer uso de consejos sabios. Saben que no pueden lograr todo por sí mismos y, en su lugar, trabajan para encontrar el apoyo que los ayude a convertirse en los mejores líderes que puedan ser.

Recuerda: aprende las reglas como un profesional para que puedas romperlas como un líder.