Generalmente, un jefe mediocre suele carecer de algunas de estas características: decisión, visión, delegación, comunicación, humildad, credibilidad, resolución, responsabilidad, positividad o liderazgo. Hace tiempo comenté cómo podríamos lidiar con un mal jefe, pero ¿qué sucede si nuestro jefe es un inepto?
Tener un jefe incapaz puede ser muy frustrante, ya que puede implicar hacer el trabajo de uno mismo y el suyo, también puede propiciar que haya que corregir e incluso encubrir sus errores. Hay algunas ideas para poder lidiar con un directivo incompetente:
No se burle ni genere chismes sobre su jefe. No hable a sus espaldas. No importa cuán poco cualificado esté, denunciarlo alegremente crea una mala imagen de usted y puede interferir en que avance en su carrera.
Sea lo más valioso posible. Haga útil a su jefe y a su equipo asumiendo lo que pueda. Busque lugares donde sus puntos débiles coincidan con sus puntos fuertes y concéntrese al máximo en esas áreas. Ser eficaz es una excelente manera de encomendarse a su jefe y de que lo noten los que están más arriba.
Sea positivo, no resentido. Intente encontrar el lado positivo para aprender todo lo que pueda de la experiencia. Piense en las oportunidades de crecimiento y visibilidad que está ganando.
Trabaje con él, no contra él. Si puede concentrarse en encontrar formas de colaborar con su jefe, no en contra de él, las cosas irán mucho mejor. Asuma un papel de liderazgo donde pueda, lo ayudará a prepararse para el día en que esté usted liderando.
Nunca esté en desacuerdo públicamente. No contradiga o avergüence a su jefe delante de los demás. Cuando no esté de acuerdo o detecte un problema, háblelo en privado y con respeto.
No se lo tome como algo personal. Ésta es una situación que ocurre frecuentemente, por desgracia. Lo más probable es que todos se pregunten cómo esta persona llegó a ser el jefe, pero eso no debe preocuparle. Puede desperdiciar su energía quejándose o encontrar una manera de avanzar hacia sus propios objetivos.
Concéntrese en avanzar en su propia carrera en lugar de en derribar a alguien. Busque formas de crecer profesionalmente en lugar de esperar oportunidades para señalar las deficiencias de su jefe. Tenga amplitud de miras.
No se queje. Probablemente quiera y puede que tenga un buen motivo. Pero no se salte a su jefe para quejarse. Puede o no ayudar con el problema, pero lo que es casi seguro es que dañará su propia reputación. La única excepción: si hay un problema legal, ético o de seguridad en juego. En esos casos es muy probable que deba informar.
Finalmente, si su jefe lo ignora, es supercrítico, lo microgestiona (falta de confianza al no delegar), le oculta información o no le encomienda proyectos acordes con sus fortalezas, entonces comience a buscar otro trabajo. Si está poniendo en práctica todas las ideas de este artículo y todavía le está pasando factura la situación, es hora de comenzar a buscar alternativas y encontrar una empresa donde haya mejores oportunidades.
Nunca es divertido trabajar para un mal jefe. Pero, como la mayoría de las cosas, tiene un lado positivo. Está en una excelente posición para construir y demostrar sus propias habilidades para resolver problemas. Algún día se convertirá en una gran historia que contar.
Muy bueno el artículo, como siempre. Enhorabuena.
Gracias, Eduardo. ☺