En un mercado de trabajo tenso e incierto hay que prestar más atención a lo que no se debe hacer. Hay errores comunes que la gente comete en sus carreras profesionales:
En primer lugar, tener bajas expectativas: hay personas dotadas de autoestima que quieren comerse el mundo, pero la mayoría de la gente es insegura. Para sentirse seguros piensan que al bajar sus expectativas llegará una sensación de seguridad. No es cierto. Establecer expectativas muy bajas los atasca en trabajos que tienen una reducida posibilidad de expansión. Por cada muchacho que empieza haciendo fotocopias y se convierte en redactor del periódico, hay cientos que permanecen atrapados mucho tiempo en labores básicas. No es realmente el trabajo lo que los mantiene atorados, sino su limitación psicológica.
Otro error es la trampa de la certeza: la vida es incierta y la gran mayoría de la gente se siente tan incómoda con esto que se apodera de la certeza cuando no debería. Siguen las opiniones de las personas que los rodean, van a trabajar donde se espera, y sólo se sienten seguros cuando encajan. Sin embargo, según Chopra, el éxito real se basa en hacer las paces con la incertidumbre, convirtiendo lo desconocido en un campo de posibilidades creativas. La incertidumbre personal es dura, sin duda. Se necesita un esfuerzo consciente para situarse en una posición donde las cosas estén abiertas. Pero si no se hace, la alternativa es quedarse en una postura cerrada.
Lo que une a estos errores es la incapacidad de todos nosotros para predecir quiénes seremos en el futuro. La inseguridad, la ansiedad y la presión para mantener un trabajo son fuerzas poderosas. Nos tientan a creer que siempre sentiremos lo que sentimos ahora, que siempre pensaremos de la manera en que lo hacemos ahora, y que siempre veremos el mundo a través de la lente de la ansiedad presente. La necesidad de sentirse seguro es lo que hace que en la mayoría de las personas los mencionados grandes errores sean tan frecuentes.
El modo de evitar estas trampas es trabajar en tus creencias esenciales, intercambiando las que te detienen por aquéllas que te permiten afrontar el futuro sin ansiedad. Tener altura de miras significa acercarte a tu vida (no sólo a tu trabajo) con metas abiertas que puedan dar frutos a largo plazo. Sigue evolucionando sin límites. Escucha a tu entorno y actúa sobre las señales que te envía. Transforma el miedo creyendo en la sabiduría de la incertidumbre. Sé fiel a ti mismo. Admite tus equivocaciones y conviértelas en una forma de avanzar.