La creencia de que el estrés y la presión empujan a la gente a rendir más tiene costos ocultos.
Muchas investigaciones sobre la psicología organizacional positiva demuestran que un entorno despiadado no sólo resulta dañino para la productividad, sino que un entorno positivo genera beneficios espectaculares para los empleadores, los empleados y los resultados.
Según Emma Seppala y Kim Cameron, el estrés de querer pertenecer a determinadas jerarquías ya se asocia de por sí con enfermedades. Un estudio demostró que cuanto más bajo es el rango de alguien dentro de una jerarquía, más altas son sus probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular y morir de un infarto. En un estudio a gran escala del Instituto Karolinska, los resultados mostraron una fuerte correlación entre la gestión y actitud de los líderes y las enfermedades cardiacas de los empleados.
La pérdida de compromiso es un coste grave para las empresas. Mientras que la cultura del miedo puede asegurar la participación (a veces incluso la ilusión) durante un tiempo, las investigaciones sugieren que el estrés inevitable que esto genera dará paso a la pérdida de compromiso a largo plazo. El compromiso con el trabajo –que está asociado con sentirse valorado, seguro, apoyado y respetado– en general está negativamente asociado con una cultura estresante.
Dicha pérdida de compromiso resulta cara. En estudios realizados por la Escuela de Negocios Queens, los trabajadores no comprometidos tenían una tasa de absentismo un 37% más alta, un 49% más de accidentes y un 60% más de errores. En organizaciones con un compromiso bajo de los empleados, se detectó una productividad un 18% más baja, un 16% menos de rentabilidad, un 37% menos de crecimiento del empleo y un precio de las acciones un 65% más bajo con el tiempo. De hecho, los negocios con empleados altamente comprometidos reciben un 100% más de solicitudes de trabajo.
La falta de lealtad del personal es otro gran coste. El estrés en el entorno laboral provoca un incremento de casi un 50% en la rotación voluntaria de los empleados. La gente acude al mercado del trabajo, rechaza ascensos o se despide. Y los costes de la rotación de empleados asociados con el reclutamiento, la formación, la productividad disminuida, la experiencia perdida y así sucesivamente son significantes. El Centro para el Progreso Estadounidense calcula que reemplazar a un único empleado cuesta aproximadamente el 20% del sueldo de ese empleado.
Por estos motivos, muchas empresas han creado una amplia variedad de beneficios que van desde el teletrabajo hasta los gimnasios patrocinados. Sin embargo, estas empresas siguen obviando las investigaciones. Una encuesta de Gallup demostró que, incluso cuando la empresa ofrecía beneficios como el horario flexible y oportunidades de teletrabajo, el nivel de compromiso predecía el bienestar mucho más que cualquier otra cosa. Los empleados prefieren el bienestar dentro del entorno laboral a los beneficios materiales.
El bienestar nace sólo de un lugar: una cultura positiva. Crear una cultura positiva y sana para su equipo depende de unos pocos principios. Según Harvard, las cualidades de una cultura del entorno de trabajo positivo se reducen a seis características esenciales:
– Preocuparse por y ser responsable de los compañeros de trabajo como de los amigos.
– Proporcionarse apoyo unos a otros, incluyendo ofrecer amabilidad y compasión cuando los demás tengan dificultades.
– Evitar la culpa y perdonar los errores.
– Inspirarse mutuamente en el trabajo.
– Hacer hincapié en la importancia del trabajo.
– Tratarse todos con respeto, gratitud, confianza y honestidad.
Como líder, ¿cómo puede fomentar estos principios? Las investigaciones señalan cuatro pasos a dar: fomente las conexiones sociales, demuestre empatía, esfuércese al máximo en ayudar, y anime a la gente a que hable con usted, especialmente sobre sus problemas.