El silencio puede hablar más fuerte que las palabras. Leonardo da Vinci dijo: «Nada fortalece la autoridad tanto como el silencio». Según Forbes, los líderes saben usar el silencio como una táctica para hablar por sí mismos y como una oportunidad para dirigir.
Debe generar confianza si desea desarrollar relaciones efectivas. Para construir confianza, debe escuchar. Cuando quiera establecer una relación, no hable por completo. Preséntese, haga preguntas y escuche. Aprenda de la otra persona. Cuando se den cuenta de que usted está escuchando, lo escucharán. Para ello, recuerde lo comentado en el artículo «Negocios: ¿por qué no te escuchan?«.
Haga hincapié en un punto. Si usa demasiadas palabras, el objetivo que desea puede perderse. El silencio o menos palabras le permiten ser escuchado cuando es importante. Si está en una reunión, no responda todas las preguntas. Responda las claves. Sus palabras serán más memorables.
Negocie. El silencio al negociar puede ser estresante. Cuando la otra persona guarda silencio, usted se pregunta qué podría estar pensando. Dé la vuelta a la tortilla. Deje que se pregunten qué está pensando usted. Supongamos que la otra parte menciona un precio. No responda de inmediato. Genere una pausa. La incomodidad del silencio hará que la otra persona quiera llenar el vacío y comience a hablar. Permita que revelen información que lo ayude a avanzar en la conversación.
Delegue y empodere. Los líderes empoderan a los demás. Raramente dicen a la gente qué hacer. Más bien, los líderes brindan a los demás la oportunidad de identificar la hoja de ruta para alcanzar los objetivos que se proponen. Los líderes quieren saber lo que otras personas piensan. Cuando proponga un nuevo proyecto, solicite que compartan sus ideas con usted. Los líderes dan la oportunidad de liderar, lo que le ayuda a ganar respeto y a aumentar su poder.
Obtenga la respuesta. Cuanto antes se quede en silencio, más rápido la conseguirá. Muchas personas son incapaces de hacer una pregunta y detenerse en el signo de interrogación. Haga la pregunta y pare. No continúe con explicaciones o excusas. Esas palabras diluyen la pregunta y el poder del mensaje.
Céntrese en usted mismo. No necesita a otros para cosechar el poder del silencio. Tómese su tiempo para estar en silencio. Vaya a una sala durante el día de trabajo y cierre la puerta por unos minutos. Todos necesitamos tiempo para estar quietos y en silencio. No podemos tener miedo al silencio. De lo contrario, nos quemaremos y sucumbiremos a una posición de impotencia. Aproveche las oportunidades para alejarse del ruido y así centrarse y aumentar su energía.
Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra. Ya sabe: cuando hable, procure que sus palabras sean mejores que el silencio. La palabra es plata y el silencio es oro.