La semana pasada, mi hermano me habló del código de honor por el que debían regirse los samuráis. En la tradición japonesa, el bushido se traduce como «el camino del guerrero». Es el código ético estricto de los samuráis. La palabra samurái procede del verbo saburau, que significa «servir como ayudante». El bushido es un conjunto de principios que preparan para pelear sin perder la humanidad y para dirigir sin perder el contacto con los valores básicos. Es una descripción de una forma de vida y una prescripción para ser un guerrero noble.
El mundo de los negocios no deja de ser un ambiente competitivo en el que las compañías están en “guerra” para ganar. Llevaba tiempo pensando en hacer una recopilación de los valores fundamentales con los que el mundo de las empresas debería funcionar. Sin duda alguna, los siete principios del bushido son las claves en mi opinión. Así que repasémoslos:
1) Honor. Es la virtud más importante de todas. Usted sólo debería tener un juez de su propio honor, y es usted mismo. Las decisiones que tome y cómo las lleve a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí mismo.
2) Justicia. Sea honrado al tratar con todo el mundo. Crea en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la suya propia. No existen tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
3) Coraje. Álcese sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Tenga valor heroico. Es vivir la vida de forma plena, completa y maravillosa. El coraje heroico no es ciego, es inteligente y fuerte. Reemplace el miedo por el respeto y la precaución.
4) Compasión. Mediante el entrenamiento intenso, usted se vuelve rápido y fuerte. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tenga compasión. Ayude a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, salga de su camino para encontrarla.
5) Respeto. No hay motivos para ser crueles. No necesita demostrar su fuerza. Sea cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un “guerrero” recibe respeto no sólo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior se vuelve evidente en tiempos de apuros. Venza al enemigo sin manchar la espada. El mejor luchador nunca se enfada.
6) Sinceridad. Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en la tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de dar su palabra, no ha de prometer, el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.
7) Lealtad. Haber hecho o dicho algo significa que ese algo le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que surjan. Sea intensamente leal a quienes estén bajo su cuidado. Para aquéllos de los que es responsable, permanezca enteramente fiel. Para el “guerrero”, las palabras de un hombre son como sus huellas: puede seguirlas donde quiera que vaya.