Como demuestra Pew Research Center, a mayor riqueza por persona, menor fe religiosa, excepto en EE.UU., cuyos adultos son mucho más religiosos que los de otras naciones ricas. En el segundo gráfico, podemos comprobar también que, a mayor desigualdad en la distribución de la renta, mayor consideración de la religión como factor importante para la vida de sus habitantes: