Los líderes sacan lo mejor de los demás, pero los más exitosos van aún más lejos: forman vínculos emocionales duraderos. La lealtad depende de este ingrediente clave. La motivación profunda se desarrolla tras ello.
Tradicionalmente los líderes han tratado de ejercer control y poder. A largo plazo esto no tiene éxito, y si ocurre, el resultado es represión teñida de miedo: la gente se desempeña de mala gana. Un líder con emociones positivas hace desplegar el potencial de cada uno. Se puede decir que existe conexión por el comportamiento de los seguidores:
– Quieren estar en presencia del líder y tener contacto
– Quieren dar servicio y rendir al máximo
– Quieren compartir la visión del líder
– Quieren participar en el éxito del líder
No es un comportamiento servil, se trata de cómo funciona un grupo cuando se siente inspirado. Toma interés en los demás y date cuenta de sus puntos fuertes. Debes mostrar energía emocional. Excluye los tres elementos tóxicos: autoritarismo, enojo y distancia.
Tener vinculación emocional no es lo mismo que usar el corazón en exceso. Se trata de tener inteligencia emocional, para lo cual se deben cumplir tres reglas simples:
– Estar en contacto con tus propios sentimientos
– Estar en contacto con los sentimientos de los demás
– Gestionar de una manera que nunca sea amenazante, pero sí inspiradora y energizante
Hay principios básicos que surgen de la inteligencia emocional que te permiten ser efectivo:
Libertad emocional: estar libre de culpa, resentimientos, quejas, ira y agresión. No se pide que seas perfecto. Todos tenemos emociones negativas, pero un líder las trata de manera eficaz por el bien del grupo. No da señales contradictorias o tiene cambios de humor. Sólo con claridad puedes confiar en ti mismo y que los demás confíen en ti.
Siente tu cuerpo. Sensaciones de opresión, rigidez, molestias y dolor son emociones negativas que necesitamos reconocer y liberar.
Sé testigo de tus sentimientos. Las emociones nos absorben y tiñen nuestro criterio, es inevitable. Pero si las observas de manera objetiva, la influencia de los acontecimientos disminuye con el tiempo.
Expresa tus sentimientos a ti mismo cuando sabes que son destructivos. Aprende a liberar tu negatividad en privado. No permitas que la ira y el resentimiento persistan sólo porque te has marchado. Volverán a hacer mella a menos que los liberes.
Asume la responsabilidad de lo que sientes. Cuando alguien te hace enfadar, su responsabilidad radica en la corrección de un error, pero la tuya se encuentra en el manejo de tu emoción. Date crédito a ti mismo cuando manejes una situación difícil, sin estallar ni culpar. Asume la responsabilidad cuando tus emociones tienen efecto adverso en tu liderazgo.
Comparte tus sentimientos. Todos necesitamos un confidente que quiera escuchar, comprender y ofrecer ideas.
Encuentra más perspectivas. Las emociones están ligadas a las creencias, el ego y viejos condicionantes. Desactiva la tendencia egocéntrica pidiendo tantos puntos de vista como sea posible.
Hacer estas cosas no sólo es bueno para ti. Cuando estás emocionalmente libre, haces que la gente esté cómoda y feliz cerca de ti. Les hace estar con energía.
Convierte en un hábito hacerte las preguntas clave de la inteligencia emocional: ¿Cómo me siento? ¿Cómo se sienten? ¿Cuáles son los escollos ocultos? Un líder que pueda responder estará en condiciones de crear vínculos emocionales duraderos.