Conversar es una habilidad básica poco apreciada en el entorno emprendedor actual. Sin conversación cara a cara perdemos lo que nos diferencia de otras especies: la humanidad. Ha surgido un nuevo ser, superconectado, definido por “comparto, luego existo”, pero que se siente solo.
Sus habilidades como conversador son un factor decisivo en su liderazgo de los negocios. Presentar su proyecto a inversionistas, persuadirlos para invertir y escuchar sus ideas. Atraer a sus primeros clientes y convencerlos de quedarse con su marca. Elegir miembros de su equipo a través de entrevistas, retenerlos e impulsar la motivación de sus colaboradores. Manejar, organizar y delegar tareas recurrentemente. Reunir buenas críticas de su equipo y clientes para hacer mejoras.
Según Jayson DeMers, conversar es una habilidad fundamental que afectará a cada área de su negocio. Sin embargo, no hay una clase para saber charlar y rara vez nos detenemos a criticar cómo hablamos. Afortunadamente, hay algunos hábitos y consideraciones que le pueden ayudar a ser un buen conversador:
Hay muchos artículos que dicen que se puede mostrar estar poniendo atención a través del contacto con los ojos, asentir repetidamente y repetir la última frase que le han dicho. Pero como Celes Headlee apunta, ¿para qué necesita simular que está poniendo atención cuando puede simplemente ponerla? Cuando conversa no solo debe esperar la oportunidad para volver hablar. Realmente escuche lo que la otra persona le está diciendo, absórbalo y responda adecuadamente. Entenderá más claramente lo que su interlocutor quiere decirle.
Un consejo para ser mejor conversador es hacer preguntas abiertas. No puede hacer una serie de preguntas cortas y esperar buenas respuestas. Mejor haga preguntas abiertas que obliguen al interlocutor a dar información valiosa. No pregunte “¿te gusta nuestra nueva página web?” Esta cuestión resulta solo en un “sí” o un “no”, lo que cierra la conversación y le da información poco valiosa. Mejor preguntar algo como “¿qué opinas de nuestra nueva página web?”.
La gente espera que cumpla su palabra, así que tenga cuidado con lo que promete hacer o dice saber. Por ejemplo, si un cliente le pregunta si puede personalizar su producto no responda “sí“ solo para mantener la conversación en movimiento (a menos que, efectivamente, la respuesta sea “sí”). En cambio, “no sé” es una respuesta perfectamente aceptable, siempre y cuando se comprometa a obtener las respuestas. Hacer esto le permitirá que sus conversaciones establezcan expectativas más razonables y le erige como una autoridad más poderosa.
La concisión es una potente herramienta que hace que sus palabras sean más significativas, y ayuda a mantener la conversación en un solo tema. Eso no significa que deba responder en fragmentos de solo unas pocas palabras, pero sí quiere decir que debe evitar sacar a relucir todos los detalles que no son necesarios para sus puntos finales. Por ejemplo, si no va a terminar una tarea en un plazo establecido, pero tiene un plan para terminarla en uno o dos días más, no se moleste en explicar todas y cada una de las dificultades que aparecieron durante su camino. En su lugar, mantenga con alta calidad las cosas, a menos que el cliente pida más detalles.
Cuando conozca a alguien nuevo, diga “qué gusto conocerte” o “me resultas conocido”. Cuando esté haciendo brainstorming con un grupo diverso, aprecie las contribuciones de los demás y diga “gracias”. Cuando quiera persuadir a alguien, póngase en sus zapatos y genere empatía. Cuando necesite resolver un problema difícil, pregunte por lo que la otra persona piensa, y escuche.