El éxito requiere tolerancia a la frustración y resiliencia. Por ejemplo, en las rondas para financiar startups se suele descartar a los aspirantes que no hayan fracasado varias veces en la creación de negocios.
El fracaso ha sido tradicionalmente un tema tabú. Desde que éramos jóvenes, todos hemos sido preparados para percibir el fracaso como algo negativo. Pero en la transformación digital, las empresas están cambiando: se están dando cuenta de que el fracaso es imprescindible para el éxito empresarial. Crea innovación al darnos la libertad de pensar más allá de «cómo se han hecho las cosas siempre», para interrumpir y cambiar nuestras vidas a mejor. Según Nerea Zaballa (Forbes), muchas compañías exitosas ya han hecho del fracaso una parte crítica de su cultura laboral.
Hay que estar dispuesto a aceptar el fracaso, no a ocultarlo. Cuando Alan Mulally recaló en Ford, hace más de 10 años, quería saber qué estaba mal. Cuando descubrió que los ejecutivos eran reacios a compartir honestamente sus fracasos, creó una nueva cultura que abarcase el aprendizaje que el fracaso a menudo trae. Pero Ford no es la única. En Toyota, las alertas de fallo están incorporadas en la línea de montaje. Si un empleado detecta un problema durante el ensamblaje, está facultado para tirar de un cable e iniciar inmediatamente una sesión de resolución de problemas. Si no son capaces de solucionar el problema en un minuto o menos, la producción se detiene. Se trata de encontrar problemas, arreglarlos rápidamente y aprender en equipo de los errores.
Se deben aprovechar las oportunidades y cambiar de rumbo. La cadena de café más exitosa de EE.UU. no tiene miedo de correr riesgos, incluso cuando las probabilidades están en contra. En 2010, se arriesgó agregando cerveza y vino a su oferta nocturna. El único problema: el alcohol no se mezclaba bien con la gente que estaba tratando de ser productiva usando Starbucks como una oficina virtual para escribir informes de negocios o hacer tareas. Al darse cuenta de esto, pasó a otras iniciativas. Dijo un ejecutivo, «Starbucks es un caso de estudio sobre cómo probar adecuadamente y seguir adelante cuando la prueba falla». Pero el programa nocturno de Starbucks no fue su único fracaso. También felizmente cambió de rumbo en otras ideas de negocio como su cadena de té Tevana y panaderías La Boulange.
Según Pilar Jericó, cuando estamos en situaciones límites, como las personas en estado terminal, anhelamos habernos atrevido a seguir más nuestros sueños. Aunque sepamos que el arrepentimiento se puede modular, vale la pena no caer en él. Por eso, seamos conscientes de qué queremos, démonos el permiso, busquemos los recursos y despertemos la determinación para hacerlo. Porque el error duele, no cabe duda, pero duele aún más el arrepentimiento por no atrevernos a cumplir nuestros sueños.
Un célebre aforismo de Jean Cocteau reza: “Lo hicieron porque no sabían que era imposible”. Merece la pena desprendernos de nuestra colección de fósiles, ya sean experiencias, personas o visiones, para aventurarnos en una vida realmente nueva. Según Francesc Miralles, la Teoría U dice, entre otras cosas, que mientras no nos desprendamos de los viejos miedos y prejuicios, para lo cual usa la expresión inglesa let it go, no dejaremos espacio para que suceda nada verdaderamente nuevo en nuestra vida, let it come. Si no soltamos el lastre del pasado, no habrá espacio para que la vida nos sorprenda con nuevas direcciones y acontecimientos.
Me parece de suma importancia evitar concentrar las energías en evitar los errores, para dedicarlas a actuar y acertar.