Latinoamérica supone el 8% de la población mundial, pero representa el 38% de sus asesinatos. El número de homicidios en la región fue de 140.000 personas el año pasado, más de lo perdido en guerras en todo el mundo. La tasa en Cali en 1994 era de 124 asesinatos por cada 100.000 habitantes, cuatro veces peor que Nueva York en su época más letal. Descubrieron que la mayoría de los asesinatos se debía a peleas de borrachos. Las restricciones sobre alcohol y armas ayudaron a reducir los homicidios en un 35%. Medellín atacó a los carteles de la droga para mejorar: la reforma policial y judicial, y la ayuda de Estados Unidos fueron cruciales también. Fuente: The Economist.