El diagrama de Nolan (creado en 1969) expande el análisis de las opiniones políticas más allá del espectro tradicional que mide la política a lo largo de un eje unidimensional izquierda-derecha para convertirlo en un gráfico de dos dimensiones: grado de libertad económica y grado de libertad personal.
Según Nolan, el progresismo aboga sólo por la libertad personal, mientras que el conservadurismo sólo defiende la libertad económica. Su visión se basa en el supuesto de que ambas libertades pueden tener lugar al mismo tiempo, sin puntos de conflicto, y que el liberalismo las defiende y enaltece simultáneamente.
Es decir, si por ejemplo crees que eres liberal porque apoyas el capitalismo, pero estás en contra de la eutanasia o del matrimonio gay, entonces no eres liberal, eres conservador. Análogamente, si por ejemplo piensas que eres liberal porque estás a favor del aborto o de la liberalización de las drogas, pero no te gusta el mercado libre, entonces no eres liberal, eres de izquierdas.
No obstante, a veces hay cosas que sorprenden como, por ejemplo, que el Gobierno de España siendo progresista (teóricamente, a favor de la libertad personal) quiera impedir que las mujeres practiquen libremente la gestación subrogada (vientre de alquiler) o que quien quiera pueda ejercer voluntariamente la prostitución (el proxenetismo ya estaba prohibido, lógicamente).
Este gráfico de Financial Times revela que, desgraciadamente, no existen votantes liberales reales en el Reino Unido (el cuadrante está totalmente vacío). Pero no nos asombremos, en nuestro país pasa exactamente igual, la gente sólo contempla ser de un bando o del otro:
Centrémonos ahora en la parte económica analizando las posturas tributarias en la narrativa tradicional. Los políticos de izquierdas suelen buscar incrementar el gasto y para ello necesitan subir los impuestos. Los políticos de derechas suelen ser partidarios de bajar los impuestos y para ello es necesario reducir el gasto. La izquierda suele lograr más equidad a costa de menor crecimiento y desarrollo. La derecha suele conseguir lo contrario.
Veamos la curva de Laffer en la siguiente infografía de Economipedia. Representa la relación teórica entre los tipos impositivos y los niveles resultantes de ingresos fiscales del gobierno. Lógicamente, no se obtienen ingresos tributarios con tipos impositivos extremos del 0% y del 100%: si el tipo es cero, no recaudas nada; y si cobras un 100% de impuestos, tampoco recaudas nada porque la gente no es tonta y no va a trabajar gratis.
Existe un tipo impositivo entre el 0% y el 100% que maximiza la recaudación del Estado. La curva es empírica y cada país debe estimar la suya. Lo que está claro es que un sistema fiscal debe situarse antes de que la curva comience a caer. Si te pasas con los impuestos, comienzan los incentivos a defraudar y a largarse del país.
Según diversos estudios, España está aún a la izquierda del punto de inflexión, por eso los aumentos de impuestos siguen generando más recaudación. ¿Dónde está el límite? Lo desconozco, pero considero que debe de estar antes de lo confiscatorio, que en mi opinión consiste en que el Estado con el conjunto de los impuestos se lleve al año más de la mitad de lo que ingresas: no tiene sentido común trabajar y que te quedes con menos del 50% de lo que generas.
Para atraer capitales y para que se quede el talento, es imprescindible que el sistema fiscal sea atractivo. Eso no es incompatible con que dicho sistema fiscal vele por que haya cierta equidad, necesaria para consolidar una clase media amplia.
Lo que no ayuda en absoluto es que sigamos con impuestos absurdos (y prácticamente inexistentes en el resto del mundo desarrollado) como el impuesto del patrimonio, que te hace pagar por el mero hecho de tener dinero ahorrado cuando ya pagaste para obtener dicho capital.
La firma 1841 Foundation promueve la transparencia en el tratamiento de los impuestos y derechos de propiedad privada. Esta entidad elabora un Índice de infiernos fiscales que abarca información sobre la capacidad de los gobiernos para funcionar, a partir del recaudo tributario, y como ésta se ve reflejada en pro del beneficio de los ciudadanos. El listado tiene 83 países, en los cuales Colombia se encuentra en el puesto 24, situándose dentro de las naciones con más riesgo de la compilación.
El ranking de este año se refleja en esta tabla de Infobae. A mayor puesto, mayor fragilidad, no sólo en sus sistemas tributarios, sino a nivel estatal, donde se muestra poco control y mal manejo de los recursos recaudados, independientemente de que los impuestos sean muy altos o bajos en comparación.
El listado se elabora a partir de calificaciones que incluyen una parte cuantitativa (PIB, inflación, etc.) y otra cualitativa que se refleja en conceptos como el control de la corrupción, la eficacia del Estado o la estabilidad política entre otros.
Por suerte, España figura entre los países “normales”. No me sorprende que Italia esté peor que nosotros, pero sí me ha extrañado que también lo estén Panamá y Estados Unidos. Sin embargo, el grueso de los países comparables y de referencia para nosotros están mejor situados:
El ilustre Winston Churchill solía decir: “El vicio del capitalismo es el desigual reparto de la riqueza, la virtud del socialismo es el equitativo reparto de la miseria”.