Basta un arrebato de un jefe en una reunión o un incómodo enfrentamiento con un colega para que usted vuelva a la realidad. La inteligencia emocional no siempre se requiere para avanzar o ganar influencia en una organización y algunas personas han llegado lejos en sus carreras sin ella.
Si bien las empresas reconocen cada vez más la necesidad de un liderazgo emocionalmente efectivo, las personas a menudo son promovidas debido a su conocimiento del trabajo o al tiempo que llevan en la compañía. La inteligencia emocional a veces es secundaria o ni siquiera es tenida en cuenta.
Para la mayoría de la gente, es poco probable no encontrar en la carrera profesional a un colega con un nivel de inteligencia emocional bajo. En algunos casos, esa persona puede ser inevitable, como un superior directo o un compañero de equipo cercano. Según Carla Rudder, en estos casos, necesitamos estrategias para minimizar las interacciones desagradables y el estrés:
Mírese en el espejo. Antes de criticar la inteligencia emocional de otra persona, es aconsejable analizar la suya. Las personas que viven en casas de cristal no deben tirar piedras. Juzgar la inteligencia emocional de otra persona depende mucho de la suya. La falta de inteligencia emocional de alguien está desencadenando algo en usted y, antes de ir más allá, debe tener claro por qué está sucediendo. La inteligencia emocional es un proceso colaborativo.
Predique con el ejemplo. Si confía en su nivel emocional, enhorabuena. No es una hazaña fácil. Pero tenga en cuenta que todos somos humanos y la mejora de la inteligencia emocional es un esfuerzo continuo. Trate de pensar en las interacciones con colegas como oportunidades para guiar con el ejemplo. En los escenarios donde tiene que comunicarse con alguien con un nivel emocional bajo, la autorreflexión es la clave. Antes de reaccionar ante alguien que lo frustra, concédase tiempo para desarrollar sus pensamientos y considerar las consecuencias y contraargumentos. Al tomarse tiempo para reflexionar, puede comunicar su idea desarrollada de la manera más efectiva posible, teniendo en cuenta los pensamientos, las necesidades y las opiniones del oyente.
Haga preguntas. Alguien puede carecer de las habilidades sociales y de comunicación para hablar sobre problemas o preocupaciones de manera efectiva. Es posible que no esté al tanto de los factores responsables de sus reacciones emocionales y del estrés. Asumir una intención positiva y abrir líneas de comunicación puede ser muy útil para difuminar las interacciones negativas con los compañeros e incluso con su jefe. Hacer preguntas puede conducir a un nuevo marco de pensamiento.
Mantenga la regeneración constructiva. Una vez que las líneas de comunicación estén abiertas, recuerde que es una calle de dos vías. Proporcionar retroalimentación específica (acontecimientos concretos e impacto) le da la mejor oportunidad de al menos obtener una idea de su pensamiento o de si son conscientes de lo que están haciendo. Al dar su opinión a este tipo de personas, permanezca como la mejor versión de sí mismo en todo momento. Tenga una agenda clara, manténgase calmado, escuche, tómese tiempo para absorber mensajes y sea honesto sobre lo que está sintiendo. Asegúrese de comunicarse efectivamente y de mantenerse lejos de cualquier tipo de comportamiento deficiente.
Mantenga su distancia emocional. Si liderar con el ejemplo y los intentos de comunicación fallan, entonces la autopreservación puede ser su mejor conducta. Si se trata de alguien a quien no se puede evitar físicamente en el lugar de trabajo, aún se puede mantener la distancia emocionalmente. Una de las cosas más importantes que debe hacer si se encuentra trabajando para alguien con un nivel inferior de inteligencia emocional es reconocerlo y adaptarse. Si son propensos a estallidos o acusaciones con enfado, recuerde que se trata más de ellos que de usted. No se lo tome como algo personal (aunque es más fácil decirlo que hacerlo). No permita que un líder inepto afecte a sus sentimientos de autoestima.