La mayoría de los estudios coinciden en que la felicidad tiene forma de U. Somos felices durante la adolescencia y los veintitantos, pero a finales de los 40 o principios de los 50 tocamos fondo. Una vez ahí, todo tiende a mejorar. Blanchflower y Oswald (2017) representaron siete encuestas distintas en el mismo gráfico para ver hasta qué punto era firme esa tendencia con forma de U. Las siete encuestas no son equivalentes. Algunas preguntan por la felicidad percibida, pero otras indagan sobre la satisfacción o el bienestar emocional y eso hace que sean difícilmente comparables. Hablamos en términos relativos: la caída de los 40 y 50 no representa un malestar en términos absolutos. Las puntuaciones medias son buenas (7 de 10), pero peores que en la juventud y la senectud. La diferencia entre la juventud y la adultez es la misma que hay entre la felicidad antes y después de divorciarse o antes y después de ser despedido. Fuente: Xataka & Washington Post.