Muchas veces nos preocupamos por no ser suficientemente exitosos. Con toda probabilidad no estemos evaluando las características correctas. A veces solo necesitamos un recordatorio de todo lo que hemos logrado. Según Travis Bradberry en la revista Entrepreneur, hay varios indicadores:
Usted ya no se cree el centro del universo: todos conocemos a gente triunfadora que actúa como si el mundo fuera suyo y el resto de la gente viviera en él. El éxito requiere de empatía, de darnos cuenta de que los sentimientos y sueños de los demás son igual de importantes que los de nosotros.
Se mantiene positivo: la esperanza y el optimismo son fundamentales para una vida feliz. Si se queda atascado en lo que le ha salido mal, se va a amargar y se volverá un resentido. Cuando eso pase fallará, sin importar lo que haya logrado. Un pesimista ve dificultades en cada oportunidad; un optimista ve oportunidades en toda dificultad.
Mantiene las cosas en perspectiva: las cosas malas pasan, es parte de la vida. Pero siempre tenga en mente que, para muchos, nuestros peores días parecen vacaciones para los que realmente tienen problemas, como no tener que comer o intentar sobrevivir a una guerra. Dejar las llaves dentro del coche o que no lo hayan ascendido no suena tan mal si lo ve desde otra perspectiva. Si maneja esta habilidad a la perfección, ya tiene gran parte del éxito a su lado.
Pide ayuda cuando la necesita: no querer pedir ayuda, sin importar la posición en la que se encuentre, es una señal de inmadurez emocional. Pedir ayuda significa que ya entendió que no tiene que demostrar que es perfecto continuamente. Hacerlo demuestra que no le da miedo que la gente vea sus debilidades, pues sabe que no se llega solo al éxito.
Ya no le importa lo que los demás piensen: cuando es sincero consigo mismo y sus principios, se da cuenta de que las opiniones de los demás son solo eso, opiniones. No tienen efecto en la realidad y no cambian quién es usted.
Acepta qué es lo que no puede cambiar y lo que sí: hay una gran diferencia entre pesimismo y practicidad. Si hay un huracán aproximándose, no hay nada que pueda hacer para detenerlo, pero una vez que acepta que éste está cada vez más cerca, empieza a trabajar en cómo mitigar sus efectos. Solo se podrá mover hacia delante una vez que haya explorado sus opciones. Ser responsable para cambiar las cosas que no le gustan es un gran indicador de éxito.
No tiene sentido que se sienta fracasado sólo porque cree que debería tener un mejor trabajo, una casa más grande o un coche más nuevo. El verdadero éxito viene de dentro y es completamente independiente de las circunstancias.
El éxito es la progresiva realización de metas dignas, la capacidad de amar y tener compasión, y la habilidad para conectar con la fuente de creatividad que hay dentro de usted. Para conseguir cualquier cosa debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo, renunciamos al interés por el resultado.