Gran parte de la motivación en las empresas emana de los líderes, pero no siempre se tiene la suerte de contar con ellos, a veces sólo hay meros jefes que cuidan mucho de su cargo y muy poco a sus equipos. La motivación es algo que deberíamos llevar dentro, pero no siempre aparece: necesitamos formarla y fomentarla.
Averigüe qué lo motiva, qué le apasiona y concéntrese en ese deseo. No es fácil, pero nunca deje de intentar descubrirlo si aún no lo tiene claro. La única forma de hacer algo es abrazarlo con toda su fuerza de voluntad. Prométase que si quiere algo, lo conseguirá, porque nada sucederá por sí solo.
Si las cosas se salen del carril, dígase lo que necesita escuchar para recuperar el control. Hay muchas cosas sobre las que no tenemos poder, pero siempre tenemos control sobre cómo reaccionamos. Active su positividad. Es fácil estar tan concentrado en el futuro que puede perder de vista lo que está frente a usted. Manténgase firme en el momento presente.
Haga algo mal. El perfeccionismo daña la motivación. Socave esos instintos aprendiendo a hacer algo para lo que no tiene talento. Aprenderá a tener compasión por los demás en situaciones similares y la próxima vez sabrá exactamente qué hacer.
Hable con pensadores. Manténgase cerca de amigos y familiares que desafíen su forma de pensar y lo mantengan seguro y positivo. Pero, sobre todo, sea un hacedor. Haga que las cosas sucedan. A veces no actuamos porque secretamente creemos que alguien vendrá a rescatarnos. Poca gente le va a ayudar, piense: “ya no espero nada de nadie, espero todo de mí”. Así evitará decepcionarse a menudo.
Libere su pensamiento e intente experimentar nuevas formas de hacer las cosas. Busque ideas innovadoras: no hay nada más motivador que la sensación de las posibilidades infinitas. Piense en maneras agradables de ejercitarse cada día. No piense que es un tiempo fuera del trabajo, muchas personas se iluminan haciendo otras cosas. Además, verse saludable mejora la autoestima, y ésta aumenta la motivación.
Aproveche sus debilidades, pueden convertirse en fortalezas. Honre sus hábitos. Deshacerse de un mal hábito es difícil. En cambio, respételos y transfórmelos en algo nuevo que le sirva de forma más eficaz.
Enfrente sus miedos. El miedo es el peor enemigo de la motivación. Todo lo que busca está al otro lado del miedo. Deje de preocuparse por lo que otros piensan. Aproveche su autoestima y libérese de las opiniones y expectativas de los demás. Actúe según sus instintos y asuma riesgos. Sea tenaz consigo mismo. Si tiene la costumbre de apartarse porque no tiene confianza, calle esa voz interior y rechace aceptar un no como respuesta.
Escriba su propio guion: muchas veces estamos tan ocupados viviendo el que otros han escrito para nosotros que no tenemos tiempo para lo que queremos. Trate cada problema como un regalo. Cuando deje de verlos como problemas, se convertirán en oportunidades para descubrir una nueva solución. Siempre puede elegir cómo responder a los acontecimientos.
Cuando tenga un rendimiento inferior al máximo, recuerde sus pensamientos más positivos e inspiradores, rebobínelos en su mente para no olvidarlos. Tómese tiempo para pensar. Todo lo que hace comienza con un pensamiento, y cuando deja de pensar, deja de actuar. Haga lo que sea necesario para dedicar algo de tiempo al pensamiento y ver cómo su creatividad e imaginación resurgen.
A veces, la mejor manera de salirse de su propio camino es centrándose en inspirar a los demás. Si no puede tener un día perfecto, todavía puede ayudar a otra persona a tenerlo.
Siéntase cómodo con la incertidumbre. Es fácil perder la motivación cuando se tiene miedo y la incertidumbre es una fuente importante de miedo. Kant decía: “Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”.
Finalmente, haga que las cosas sean fáciles, sea sencillo. Es difícil mantenerse motivado cuando está lleno de desafíos, complicaciones y confusión. Cuando simplifique al máximo, podrá estar más enfocado y ser más efectivo. Y aprenda a decir no sin vergüenza, no se cargue de cosas por agradar: Warren Buffett ha confesado que una de las claves de su éxito se debe a que ha dicho no a la mayoría de los negocios que le han propuesto en su vida.
Excelente artículo. Nuestro miedos son las únicas limitaciones que nos ponemos. Realmente lo que nos atenaza es el temor de alcanzar lo que podemos llegar a ser. Un abrazo Gustavo y enhorabuena por el blog.
Muchas gracias, Rafael. Un cordial saludo.