No hay nada peor, en términos profesionales, que sentirse invisible y no escuchado en el trabajo. Todos tenemos una necesidad humana de ser apreciados por nuestros esfuerzos. Si piensas que nadie se da cuenta de lo que estás haciendo, puedes cambiar la situación. Hay muchas maneras de asegurarse de que la gente entienda y vea lo que haces. La clave es encontrar formas diplomáticas para llamar la atención:
Sé realista. Antes de tomar cualquier acción, pregúntate si estás siendo realista sobre la cantidad de apreciación que esperas de tu jefe, compañeros y clientes. La gente está muy ocupada. Es posible que la retroalimentación no sea tanta como deseas, pero podría ser razonable dentro del contexto de tu organización. Se trata de seres humanos. Incluso con buenas intenciones, pueden pasar por alto lo que haces y darlo por sentado. Cuando no te sientas apreciado, pregúntate a ti mismo: ¿fue mi trabajo extraordinario?, ¿fue más allá de lo que se suele hacer?
Habla con tu jefe. Si tus esfuerzos por encima de la media no son reconocidos, involucra a tu jefe en una conversación. Esto será más fácil con unos directivos que con otros. El jefe promedio no presta atención a las necesidades humanas. Si el tuyo cae en esa categoría, ten en cuenta que no vas a cambiar a esa persona, pero puedes hacerle ver que te gustaría tener más diálogo sobre tu desempeño. Si tu jefe es bueno, prestará atención. Por supuesto, debes ser sutil y humilde.
Aumenta la visibilidad de tu equipo. Si diriges un equipo, también debes buscar formas de explicar a los demás qué hace el grupo y por qué es valioso. En nuestra ajetreada vida diaria, tu jefe y tus colegas podrían no estar al tanto de los entresijos de tu trabajo. No dejes que las presentaciones o informes salgan sin dejar claro quién los creó. Asegúrate de difundir, y no de acumular, el reconocimiento cuando es debido. No te pongas medallas, es muy miserable.
Reconoce las contribuciones de los demás. Según Rebecca Knight, una de las mejores cosas que puedes hacer para hacer notar tu propio trabajo es, paradójicamente, alabar y apreciar a los demás. Al apreciar un trabajo bien hecho, puedes convertirte en agente del cambio en la cultura de tu organización. La mayoría de las veces, la respuesta de la otra persona será devolver el favor. Si tu jefe no es capaz de emitir comentarios positivos, habla con tu equipo sobre lo que pueden hacer para fortalecerse mutuamente y genera optimismo. El envío extremo de agradecimiento puede disminuir el efecto. Pregúntate: ¿quién realmente merece reconocimiento por ir más allá?
Valórate. Ser apreciado y valorado por tu trabajo es algo maravilloso, pero no puedes esperar que toda tu motivación provenga de los honores y elogios en público. Los motivadores intrínsecos son mucho más poderosos. Según Rafael Nadal, “El éxito personal es mucho más potente que el profesional”. Necesitas esforzarte por encontrar significado en el trabajo en sí. En última instancia, a lo largo de tu vida laboral, quieres alejarte de la necesidad de validación externa. La verdadera satisfacción viene de dentro.
Considera si merece la pena seguir. Busca una segunda opinión sobre lo que te sucede. Si tu empresa sigue haciéndote sentir infravalorado, puede ser una señal de que no es el lugar adecuado para ti. Todos nos mantenemos en empleos que no son perfectos por muchas razones. Tal vez no puedas mudarte porque necesitas estar en una determinada región geográfica por tu pareja. Pero si has intentado hacer que el trabajo sea más valioso y satisfactorio y nada ha funcionado, podría ser el momento de cambiar.