Según Peter Salavoy y John Mayer, la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y manejar nuestras propias emociones y las de los demás. En un artículo de Christopher D. Connors en Quartz, se identifican diez cualidades de las personas emocionalmente inteligentes:
- Empatía: es la capacidad de sentir lo que otra persona está experimentando y de colocarse en su posición. Hay dos tipos. La empatía afectiva se refiere a las sensaciones y sentimientos que obtenemos en respuesta a las emociones de los demás. Esto puede incluir el reflejar lo que esa persona está sintiendo o simplemente sentirse estresado cuando le detectamos miedo o ansiedad. La empatía cognitiva, a veces llamada «toma de perspectiva», se refiere a nuestra capacidad para identificar y comprender las emociones de otros.
- Autoconciencia: es el arte de comprenderte a ti mismo, reconocer qué estímulos estás enfrentando y prepararte para manejarlos de manera proactiva y reactiva. La autoconciencia es cómo nos vemos a nosotros mismos y también cómo percibimos que otros nos ven. El segundo aspecto externo es siempre más difícil de evaluar correctamente. Busca retroalimentación en un ambiente honesto y afectuoso.
- Curiosidad: Einstein decía «No tengo talentos especiales, sólo soy apasionadamente curioso». Cuando tienes curiosidad, eres apasionado, y cuando eres apasionado, te impulsas a desear ser el mejor. Tus «antenas» están a la altura de las cosas que te gustan para querer crecer y aprender más. Esta mentalidad de aprendizaje afecta positivamente a otras áreas de tus relaciones en la vida.
- Mente analítica: las personas inteligentes emocionalmente y resueltas son pensadores profundos que analizan y procesan la información nueva que se les presenta para extraer formas de mejorar. Tener una mente analítica significa tener un apetito saludable por la mejora continua orientada a superarse y permanecer abierto a nuevas ideas.
- Fe: un componente importante para mantener el autocontrol emocional es utilizar el poder de la fe para creer en ti mismo tanto en el presente como en el futuro. Es creer que las personas y las cosas en tu vida están ahí por una razón y que finalmente todo funcionará. La fe sola no te ayudará. Toma medidas, por supuesto. Pero cuando combines la fe con valores poderosos como el trabajo duro, la perseverancia y una actitud positiva, habrás formado la base de un campeón.
- Necesidades y deseos: la mente emocionalmente inteligente es capaz de discernir entre las cosas que se necesitan versus las «agradables de tener», que más apropiadamente son deseos. Una necesidad es el nivel básico de seguridad, supervivencia y sustento. Una vez que se cumplen esas cosas, podemos progresar a otras necesidades y, por supuesto, querer. Se puede querer una gran casa o un buen coche, pero no necesitamos esas cosas para sobrevivir, sino que las queremos basados en nuestros propios deseos personales o en lo que percibimos que es importante para la sociedad.
- Pasión: el liderazgo inspirador y el amor por lo que haces nace de la pasión por un tema o por las personas. Ser apasionado es contagioso: impregna todas las áreas de tu vida y se contagia a las personas que te rodean. La pasión es algo así como un “no sé qué” que cuando lo sientes o lo ves en los demás simplemente lo detectas. La pasión es el deseo natural, el instinto, el impulso, la ambición y el amor motivado por alguien. La pasión aporta energía positiva que nos ayuda a sostenernos e inspirarnos a querer continuar. Las personas emocionalmente inteligentes y apasionadas están dispuestas a perseverar y avanzar sin importar sus circunstancias.
- Optimismo: si deseas aumentar tus oportunidades, mejorar tus relaciones y pensar de forma clara y constructiva, estás mejor posicionado para mantener una actitud positiva. De todas las cosas que tratamos de controlar, nuestra actitud es lo único que siempre está bajo nuestro control. La felicidad es el centro y el éxito gira en torno a ella.
- Adaptabilidad: Gandhi decía que «La adaptabilidad no es imitación, significa poder de resistencia y asimilación». Las personas emocionalmente inteligentes reconocen cuándo continuar su curso y cuándo es el momento de un cambio. Supone un reconocimiento vital y la capacidad de tomar decisiones nítidas y rápidas en tu mejor interés. Mantente abierto y dispuesto a adaptarte. Siempre puedes cambiar. Siempre puedes comenzar de nuevo.
- Deseo de ayudar: de la misma manera que debemos centrarnos en nuestro propio interés, también debemos mantener un espíritu de deseo y esperanza para querer ver que la gente que nos rodea tenga éxito. No sólo es una protección brillante contra la envidia y la codicia, sino que nos ayuda a obtener aliados y construir relaciones poderosas que regresan para ayudarnos de manera recíproca.